lunes, 19 de noviembre de 2007

Un mal día, una mala semana, una mala vida.

Un día más, no logro dormir... como siempre, habrá algún pensamiento que me lo arrebate, alguna imagen, alguna palabra. Ha sido un día de una monotonía aburrida, hiriente: me levanto, haré tarde, por esas miserables horas que duermo. Mi madre, fumando y tosiendo sin parar, ambas en igual medida... con la voz tomada le meterá prisa a mi hermana para que se vista y esta replicará, como de costumbre, con uno de sus despreciables “déjame en paz”... en otro tiempo le habrían metido una torta, demasiado joven para tanta irreverencia, no es así. El perro, haciendo ruido y ladrando, me despedirá junto a mi madre en la salida de la casa. En la calle un frío cortante y prematuro para esta temporada me azotará la tez. El paseo no es agradable, la mochila me pesa y la chaqueta me molesta aunque aprecio su compañía... las mismas caras de sueño, el ruido del tráfico... se mueven por obligación. Perderé el primer autobús, los compañeros comentan lo que nos espera en el instituto. Sonará el timbre, hemos llegado justos, y nos dirigiremos a nuestras clases con el sonido del paso unánime de un ejército. Seis malditas horas, otra vez, para unos conocimientos que bien explicados solo me hubieran quitado media hora. De camino a casa, la misma tónica de autobús y pateo, no puedo con mi cuerpo en la subida de mi calle... no estoy en forma, cansado de no hacer nada. La comida, recalentada de microondas, fría... Mi hermana se ha ocupado de dejar el comedor completamente desordenado, una imagen agotadora. Me encierro en mi habitación, me tumbo en la cama durante una hora... completamente estático, sin quitarme ni las botas, repasaré las tareas que tengo para mañana dejándolas para más tarde. Me siento delante del ordenador, mi íntimo y viejo colega... enciendo los altavoces, necesito oír música... sonará lo de siempre, pero siempre me aporta algo nuevo. Empezaré a repasar mis webs habituales, no hay mucha novedad desde ayer. Hago mis tareas, estudio pues mañana tendré examen de binario. Vuelvo a repasar las webs y me encuentro con una mala noticia... una de las personas con las que he compartido más tiempo en el WoW lo deja, ya solo quedo yo de los que empezamos. Le echaré mucho de menos, ya siento su pérdida. Una soledad tan jodida que me resulta asquerosamente palpable y conocida. Se ha hecho tarde, son las dos, me vuelvo a tumbar en la cama e inevitablemente empiezo a pensar... y de repente, el despertador.

El pasado me acosa con imágenes de las peores temporadas de mi existencia, de cuando caí en este pozo del que no logro recuperarme... o no quiero. Y empiezo a preguntarme porque siempre he estado tan jodido... ¿no hago nada por evitarlo? ¿me lo he ganado? o tal vez simplemente haya nacido con mala estrella haciendo ironía de mi segundo apellido. No lo sé, pero es así... estoy hasta la polla de vestir de negro, de putada en putada, de esta soledad que me contrae, de vivir muriendo, y de preguntarme día a día porque no salté ese maldito balcón (otra vez) esperando una mejor suerte.

No hay comentarios: